En 1941, al lado de la playa de Pirita, entre 3000 y 4000 soldados alemanes fueron enterrados en un cementerio de guerra. Veinte años más tarde, los soviéticos pasaron sus excavadoras, destruyendo y arrasando el cementerio y construyendo en el mismo lugar, el mausoleo de Maarjamäe.

Un obelisco conmemora las tropas soviéticas que murieron en 1918 y el resto del complejo fue erigido en memoria de los soldados soviéticos muertos en Tallin en 1941. La destrucción del antiguo cementerio, hizo que fueran saqueadas las tumbas alemanas, llevándose decenas de esqueletos, uniformes, hebillas, cascos,…

Siete años después de la independencia de Estonia. En 1998, se instalaron en el mismo lugar, conjuntos de cruces triples de granito, al estilo de los cementerios alemanes de la Segunda Guerra Mundial.